MARCK
LÍMITESSUBTLE LIMITS
Por Verónica Jiménez Arguedas. Periodista (Costa Rica).

Imágenes cortesía del artista.

El asunto con los límites es que nos desesperan. Nos sofocan.
Nos obligan a buscar cualquier espacio que nos permita respi-
rar: una hendija, un hueco, una fisura. Queremos liberarnos. Pero es
que para eso existen, para romperlos.
Marck somete a sus sujetos a esa presión. Sus obras son muestra de
espacios confinados para sujetos que no pueden ser contenidos. Algo
siempre se escapa, algo siempre amenaza. Esto se logra a través de la
combinación de cajas de luz con técnicas audiovisuales. Es, de hecho,
su relación con el audiovisual la génesis de una carrera compuesta
por exploración y experimentación.
“Las películas me fascinan desde mi infancia. De hecho, de niño quería
ser camarógrafo y en mi adolescencia compré mi primera cámara
Super-8 (8mm). En ese entonces empecé a ambientar habitaciones
con películas de 8mm al colgarlas como circuitos interminables (...).
Para mí siempre ha sido importante cómo presentar los vídeos. Creo
que la presentación de los vídeos es igual de importante”, explica el
artista suizo.
Su obra también es muestra de la variedad creativa que ha tenido el
artista a lo largo de su carrera. Desde hombre detrás de la cámara,
hasta músico, Marck ha sostenido una prolífica trayectoria creativa.
Así, el uso del video se ha convertido en eje central para el artista. Desde mediados
de los años 1980 se empezó a involucrar con el videoarte de manera
intensiva, en un momento en el que en sus palabras: “El videoarte en
esos tiempos consistía a menudo de una marea borrosa de imágenes
indefinidas, que se mostraban con tan sólo un monitor en el piso. Nam
June Paik o Wolfgang Costell fueron reales bendiciones para el medio,
puesto que crearon más videoesculturas que mero videoarte”.
¿Está realmente ahí lo que estamos viendo? ¿Es una representación, es
una construcción, es solo una imaginación? La obra de Marck se dedica
a borrar sutilmente los límites entre el video y la instalación. En ese juego,
sus sujetos y objetos pretender confrontar al espectador con respecto a
la realidad y la proyección, la representación y la materialidad.
La mayoría de sujetos en su obra son mujeres, y es a partir de esa representación de lo
femenino vista desde lo masculino Marck pretende levantar una
serie de preguntas más que hacer alguna afirmación. “¿Cómo podría yo ser
la voz de temas de la mujer? Incluso si quisiera ser objetivo, siempre
veré el mundo como un hombre. Sólo observo mi entorno, en el que hay tanto
hombres y mujeres, y creo a partir de la situaciones bastante reducidas que
observo. Las mujeres pueden interpretar mis videoesculturas de mejor manera
y de formamás profunda que los hombres”,explica sobre sus sujetos.
Estos son los sujetos que se encuentran rompiendo los límites dentro de las
obras. Mujeres quese desbordan,objetosque las amenazan, plataformas
que atraviesan la obra misma, estímulos que alcanzan al espectador. Así,
aunque el encierro está ahí, la obra encuentra la forma de romperlo.
“Con lo cerrado y contenido tengo mis propios problemas personales. También
hay limitaciones sociales que me provocan una sensación de claustrofobia.
Siempre trato de liberarme, pero a vecesse cuela en mi trabajo”.

Preguntas sin fin

Así como con sus mujeres protagonistas, la obra de Marck, en general,
plantea preguntas constantes. Preguntas que vienen desde el proceso
de preparación de la obra hasta el momento de encuentro con los
espectadores. “Primero viene la idea y luego escojo el medio. Allí me
pregunto, ¿debería usar un monitor transparente?, ¿qué tan grande?,
¿se van a mover los objetos?, ¿cuánto va a costar la producción? Luego
tengo que encontrar a una posible actriz, crear el escenario y filmar en
el estudio con un equipo. Luego de obtener un primer borrador, tengo
que diseñar la videoescultura u adaptarla a la película y tambiém
cambiar o adaptar ciertos elementos del vídeo”. Son preguntas que no
traen respuestas explícitas y que, más bien, traen nuevos cuestionamientos.
Las posibilidades son infinitas en cada proceso que conlleva

la creación de una nueva video-escultura.
Marck trabaja ahora en nuevas exhibiciones. “Estoy trabajando con un
auto antiguo, una máquina que los monitores destruyeron lentamente
y otros objetos pensados para museos. No van a estar a la venta, y por
ende para mí es muy liberador y benevolente trabajar en estas piezas”.
Liberador. Porque los límites existen para que podamos romperlos.

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